Agradezco a venticincoymas que me haya invitado a este meme, que consiste en contar seis cosas raras o curiosas de uno mismo e invitar a otras seis perblogsonas a que hagan lo propio.

(uno) No me gusta mezclar palabras y números, por eso siempre pongo sus nombres.

(dos) Detesto que el ordenador corrija lo que escribo, y siempre desactivo esas opciones en los procesadores de texto.

(tres) Cuando leo algo, lo primero que me imagino es la voz de quien lo escribe recitándomelo al oído. En caso de duda, siempre elijo voz de mujer. Calculo yo que nadie debe darse por ofendido.

(cuatro) Pongo en prosa las poesías antes de leerlas. Me agobian los renglones cortos de los versos y los caminos estrechos del pensamiento.

(cinco) Ni mi familia ni mis amigos saben que tengo un blog (salvo dos o tres personas cuidadosamente elegidas), ni quiero que lo sepan. No es que tenga nada que ocultar (o igual si), sino que me da mucho pudor. Bueno, lo que sí tengo pensado, es decírselo a todos el día que deje de escribir en él.

(seis) Al día siguiente, nunca recuerdo lo que escribí. Cuando me hacen comentarios, tengo que releerme el texto para saber qué era lo que yo había dicho. Lo más raro, o tal vez, lo menos, es que al volver a leer, siento de nuevo las mismas emociones que cuando lo estaba escribiendo. Memoria emotiva y caprichosa que tiene uno.

Perdonadme si he preferido no contar las rarezas de la otra vida que vivo. Es que no quiero confundirme, ni ser confundido.

Estas son mis seis invitaciones, trampas sutiles, para seguir el viaje infinito hacia lo raro y lo desconocido:

Días distintos, Arcoiris, Lois Lane, Momentos de reflexión, Poesía cotidiana y Loca por la luna