Hay una mosca paseando por mi pantalla. Peluda, oscura, como una sombra fantasmagórica que se proyecta en esta claridad de neón. Debió entrar en un descuido del azar, cuando las cintas de la cortina que hay en la puerta se abrieron al viento.
¡Menudo argumento para escribir! Ya sé que te decepciona un poco. Pero es que, al mismo tiempo, me sugiere metáforas difíciles de expresar cuando me meto en su vuelo aleatorio, en su búsqueda irracional de destino electrónico.
Parece perdida en un laberinto de letras. Va y viene, zumba, se para. Visita muchas veces el mismo sitio y no hace más que pasar por delante de la pantalla. ¿Estará leyendo lo que escribo? ¿Sabrá que la sigo con la mirada?
Tal vez Kafka podría opinar mejor que yo sobre el asunto, pero el caso es que me pregunto si no hago yo lo mismo, si no lo hacemos todos, si no encontrar lo que se busca es la mejor razón para seguir vivo.
Y porque, aunque la vida a veces nos parezca una mierda, siempre le andamos dando vueltas para que nos haga un hueco y nos deje descansar en ella antes de levantar el vuelo.
Mejores cabezas que la mía ya se fijaron en las moscas y en esta segunda inocencia revoltosa e inútil en sí misma. Mejores corazones diseñaron laberintos más oscuros, mejores vidas buscaron la salida y no la pudieron encontrar.
Y ahora que ya no quiero ser gusano ni abeja, ahora que entiendo que no puedo ser mariposa ni libélula, me alegra ser mosca al menos e ir visitando, como un puntero, las cosas pequeñas del mundo, para fijarte en ellas. Entonces, casi sin pensarlo, me ajusto las gafas, despliego las teclas de mis alas y me pongo a revolotear.
Fíjate bien. Hay una mosca paseando por tu pantalla. Peluda, oscura, como una sombra fantasmagórica que se proyecta en esta claridad de neón. Te debió entrar en un descuido, cuando, y sólo durante un momento, dejaste abierta una rendija de tu ventana. ¿La estarás siguiendo, como yo te sigo, con la mirada?
Puede que aún te decepcione un poco, pero para una noche sin fantasmas, me parece un buen argumento. ¡Ainss! Pero ya sabes qué me pasa. Que me entretengo.
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