Desempolve mis días de vino y rosas. Gire a la izquierda y tíreme las pastillas que duermen todas las cosas, aunque me haga seguir desvelado y con insomnio. Resucíteme en esta primavera con la alegre costumbre de la cerveza. Párese, descanse un momento, y crea a pies juntillas en el horóscopo.

Entre el hola y el adiós, cambie sus dudas por mis certezas y pise a fondo, que es todo recto. Si se quedara sin combustible, dígame, dígase y diga, lo que nadie hubiera dicho y entienda, por mi tardanza en acudir en su auxilio, cuánto me gusta exprimir todo el tiempo que pasa conmigo, aunque a veces no me entienda.

Y déjeme imaginar, ahora que está tan cerca la última puerta, que tal vez, en otro veinte de marzo, usted y yo, ya empezamos, cuidadosamente, en este juego del azar.