Se despierta, como te despierta la lluvia que se deja caer sin avisar en una nube de primavera, con pinchazos de agua fría en la cabeza, con ese escalofrío en el corazón que una hora antes la tibieza de la tarde hacía impensable… Y entonces, recuerda.
Recuerda aquel otro instante, aquella otra lluvia de besos, aquel otro escalofrío que la tibieza de un cuerpo abrazado le enredó en la cabeza, aquel aviso de la primavera que le subió a una nube el corazón… Y entonces, se despierta.
Así pasa estos días sin fin, estas tardes de lluvia impensable, de frío que cae sin aviso, despertando, recordando, de pinchazo en escalofrío y enredando la primavera entre las nubes de su cabeza y la tibieza del corazón.
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