Quisiera contarte que te echo de menos. Ya sabes a qué me refiero, no hay mucho que explicar. Una ausencia, un vacío que me rellena por dentro y me envenena por fuera. Un ir y venir por las sendas endebles de la memoria infiel y desagradecida.

Que el pasado, que siempre viene tras de mí, tan sólo a un paso, me alcanzó en un descuido y me atacó con su nostalgia. Que hay en mi habitación un baile nocturno de fantasmas, que tiran a dar al corazón, haciéndome trampas.

Que te veo en todas partes, que te escondo en todas mis palabras. Que te escucho en las canciones, que es la única forma que sé de abrazarte en la distancia, y te vas corriendo, como viniste, en un instante, cuando la música se acaba.

Que te echo de menos. Ya sé que tú… No hace falta que digas nada.